Recuerda quien fuiste, para saber quien eres y ten fe en tí misma, ten fe en lo que está por llegar. Ten fe en ese corazón que aguarda, que hará llegar la sensación más maravillosa que hayas disfrutado.
A mi dulce sombra, a tí que aguardas mi llegada, no tiembles, no temas. Hoy, aunque no me veas, estoy contigo. Ya no llueven lagrimas, pues solo te esperan a tí, y si tienen que caer, que sea de emoción por encontrarme contigo. Abramos la ventana al mundo, a la posibilidad de que todo irá bien llegado el momento, de que un día se encuentre finalmente el sentido a un "de tí sin mí".
Y no caigas en la inseguridad, que no surjan esas palabras que nadie quiere oír. Que no rompan un momento más de tantos, de las muchas historias en las que a lo largo del tiempo algo no dejó de escucharse, y que entre nosotros no hay más sinsentido de que apareciera ese "Ya no siento lo mismo". No en nuestra historia. Que ya no hubiera que preguntarnos cada noche : "¿Y si viviéramos cerca?" Probablemente nuestro recorrido comenzaría finalmente, después de tanto luchado con personas que no dudaron en dejarnos de lado en un suspiro.
Y sí, quizás seamos bichos raros, quizás seamos un desastre. Pero serías mi perfecto desastre.